Spalletti ha unido a un gran grupo del que no conocemos su techo
Tras la marcha de sus estrellas Lorenzo Insigne, Dries Mertens y Kalidou Koulibaly, parece que nada ha cambiado en Nápoles. Eso habla muy bien de un equipo, es decir, después de desmantelar tres de tus pilares fundamentales, consigues remplazos a un coste menor, y no sólo rinden bien, sino que lo hacen a un nivel extraordinario.
Salvatore Sirigu fue el elegido para suplir a Ospina. En la defensa, donde a priori se iba a complicar por lo que había disponible en el mercado, han acabado encontrando a Kim Min-Jae. Un coreano de 25 años, que la pasada temporada comenzaba camino en Europa, concretamente en el Fenerbahçe. Fue el mejor defensor de la liga turca, mérito suficiente, para que el conjunto de Spalletti se fijase en él. Además, se hicieron con los servicios de Mathías Olivera, lateral izquierdo uruguayo, procedente del Getafe, a cambio de 11 millones de euros. El charrúa entra en el club para pelear la titularidad con el ya experimentado Mário Rui. Por último, ficharon a Leo Östigard, central noruego procedente del Brighton. Un jugador con proyección que llega para completar la defensa del Nápoles.
En el medio, formalizaron el fichaje Zambo Anguissa. El pivote camerunés convenció con creces, tanto que se ejerció la opción de compra, por 15 millones de euros, existente en su acuerdo con el Fulham. Tanguy Ndombélé aterriza en el club napolitano en calidad de cedido. El francés dejó Londres en busca de minutos y parece que Spalletti ha encontrado su nuevo 8, después de la marcha de Fabián Ruíz.
Más allá de Koulibaly, lo que más preocupaba en Italia era cómo el Nápoles iba a ser capaz de suplir a su capitán Lorenzo Insigne y a Dries Mertens. Tres fichajes en concreto, Giovanni Simeone, Giancomo Raspadori y Khvicha Kvaratskhelia. Simeone, hijo del Cholo, disputó su mejor temporada en el Hellas Verona, alcanzando los 17 goles en Serie A. Recae en el club napolitano a nivel de préstamo, por una temporada. El joven media punta, Giancomo Raspadori, también llega a modo de cedido por una temporada, pero con una opción de compra que puede superar los 30 millones de euros según los incentivos. Raspadori es una de las mayores promesas del fútbol italiano. Su rendimiento está siendo progresivo, por desagracia, gracias a la lesión de Osimhen, está contando con más minutos. Tal es su estado de forma que en los últimos 7 partidos ha conseguido anotar 6 goles.
Pasamos al último fichaje, la crème de la crème. El fichaje, en mi opinión, más infravalorado de este mercado de verano. Khvicha Kvaratskhelia, un extremo georgiano, que ha caído de pie en el Diego Armando Maradona. Un perfil de jugador extraño, un banda elegante, con las medias bajas, que mide 1´86 metros. Veloz, decisivo, vertical, versátil, incansable, no me cansaría de enumerar las virtudes del georgiano. Al igual que Raspadori, su rendimiento ha sido inmediato, llegando a hacer olvidar el dorsal 24 de Insigne. Kvaratskhelia llegó a cambio de 10 millones de euros, procedente del Dinamo Batumi, y ya ha triplicado su valor en el mercado.
Espero grandes cosas de este equipo, no sólo en liga, que ya se están postulando como claros candidatos al título, también en competiciones europeas. Un equipo divertido de ver, que sabe jugar bien al fútbol y encima obtiene resultados. Veo un semifinalista de Champions en potencia, ¿por qué no soñar?